Muchas personas buscan convertirse en emprendedores creyendo que lograrán el éxito casi inmediatamente, pero cuando se topan con todo el proceso de mantenimiento que conlleva de un negocio, los altos y bajos de los mercados, y los problemas del dìa a dìa de la industria o sector, además si su soporte de motivación no es lo suficientemente fuerte, el emprendimiento termina pinchándose más rápido de lo que costo construirlo inicialmente.
Todo negocio o emprendimiento es una inversión que conlleva asociado un grado de riesgo, y el riesgo de quebrar es uno constante, nadie puede asegurar el éxito de un proyecto de emprendimiento, pero si podemos gestionar el riesgo de manera que sea éste manejable.
Partiendo de lo anterior, y en mi experiencia puedo decir que existen a mi juicio varios tipos de pensamiento y actitudes, que si bien es cierto, no aseguran el éxito de un negocio, si nos pueden dar pauta para determinar si un emprendimiento va a pasar de su etapa inicial.
Una motivación clara.
Cuando las razones por las cuales has decido lanzarte como emprendedor no están claras, o tu motivación está estrechamente relacionado a algo superficial, como… “mis amigos dicen que este negocios es rentable” o “quiero probar algo nuevo”…”me quedé sin trabajo y por eso soy emprendedor” déjame decirte que una motivación clara, del porqué estás haciendo lo que haces, es vital en los momentos en los cuales no estas obteniendo los resultados deseados, en este punto debes auto-examinar lo que estás haciendo mal y hacer los cambios necesarios, pero siempre avanzando sobre la base de tu motivación. Si tu motivación es débil o superficial querrás regresarte o dar con todo al trasto.
Una actitud flexible.
Debes entender que la mayoría de veces las cosas nunca salen como las planeamos, aquí es donde el emprendedor debe tener una actitud flexible, es decir debemos aceptar y considerar alternativas cuando algo no funcione bien. Una actitud inflexible conlleva muchas veces a que no busquemos la asesoría suficiente en las áreas donde no somos expertos, o que consultemos y luego hagamos caso omiso de esas asesoría, porque después de todo queremos que se haga lo que decimos, aun cuando después nos demos cuenta que no funciona, en pocas palabras los cambios se van a dar queramos o no, la diferencia es que una actitud flexible nos permitirá hacer los cambios oportunos por el bien del proyecto.
Una gran paciencia
Los negocios al igual que los seres vivos tienen un ciclo que incluye varias etapas. Aquí también se aplica la ley de la siembra y de la cosecha que menciona la Biblia, primero siembras, riegas, abonas y después cosechas, esto es un proceso natural que en algunos negocios puede ser más rápido que en otros. Pero que de alguna manera es necesario esperar, es normal que queramos obtener ganancias de nuestro emprendimiento lo más rápido posible, pero como no podemos saltarnos el ciclo del negocio, es necesario tener la suficiente paciencia y trabajar lo mejor posible durante el tiempo nos toque esperar, eso si, debemos vigilar que nuestra planta no tenga plaga.
Una gran Perseverancia ante los fracasos temporales.
A la par de la paciencia va la perseverancia, es decir que, cuando estamos seguro de que vamos por el camino correcto, debemos insistir en nuestros principios y valores, pero no confundamos perseverancia con testarudez, demos estar constantemente evaluando, buscando consejo y asesoría, y sobre todo no perder nuestra orientación hacia la meta que nos hemos trazado, puede ser necesario que cambiemos la ruta muchas veces, pero debemos estar seguro que nos dirigimos hacia la meta que hemos escogido.
Una actitud de aprendizaje.
Nadie nace aprendido, por lo tanto, el emprendedor asume los retos y sabe que parte del viaje del emprendimiento tiene que ver con ir recogiendo la experiencia obtenida como consecuencia de las decisiones que hace, o que no hace. El que tengamos una experiencia negativa no quiere decir que no podamos aprender de ella, como dice el refrán a veces se gana y a veces se aprende, no nos permitamos pensamientos demasiados negativos que no nos conducirán hacia ningún lado.
Estas son 5 actitudes que nos ayudarán como emprendedores a salir adelante con nuestro proyecto.